Los juegos de azar pueden proporcionar emoción y la posibilidad de ganar, pero el dos por ciento de los estadounidenses sufre de juego patológico; Recientemente ha sido clasificado como una adicción por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición (DSM-5).
Comprender por qué la gente juega es clave para evitar los problemas asociados con él. Este artículo investiga los factores psicológicos y neurobiológicos que contribuyen al comportamiento de juego.
Motivaciones
El juego es un comportamiento inherentemente riesgoso y los investigadores están explorando sus motivaciones. Un factor puede ser la incertidumbre sobre la recompensa (la incertidumbre sobre la cantidad de dinero que uno podría ganar) que estimula la liberación de dopamina al anticipar las recompensas, lo que posiblemente explique por qué los jugadores se lanzan tan fácilmente al juego cuando su objetivo es ganar un premio mayor impresionante.
Otra es la ilusión de control. Los investigadores están empleando tecnología avanzada de imágenes cerebrales para estudiar cómo los juegos de azar tientan a los jugadores haciéndoles creer que poseen cierto grado de habilidad cuando todos los resultados son aleatorios; Esta investigación puede arrojar luz sobre por qué los jugadores continúan jugando incluso cuando las pérdidas superan las ganancias (Clark et al. 2023).
Personas de todos los orígenes pueden participar en problemas con el juego. Algunas personas están más predispuestas que otras a este comportamiento, lo que puede tener importantes repercusiones en el bienestar personal, social, profesional y financiero. Comprender por qué y cómo las personas empiezan a jugar puede ayudar a reducir su incidencia: ¡este grave desafío no debe continuar sin control!
ilusión de control
La ilusión de control es un sesgo cognitivo que hace que las personas sobreestimen su capacidad para influir en resultados aleatorios. Es causada por varios factores, como la familiaridad con las situaciones y la habilidad percibida, así como la búsqueda de patrones y relaciones causales, siendo el juego uno de esos escenarios en los que esta ilusión puede conducir a pérdidas financieras.
Los estudios han demostrado que las personas experimentan con mayor frecuencia una ilusión de control cuando están en pareja con otros participantes (activo), en lugar de jugar solos (pasivo). Además, señales de habilidades como la elección personal o la competencia parecen exacerbar este fenómeno.
Las investigaciones han demostrado que tener expectativas poco realistas sobre ganar en situaciones orientadas al azar puede llevar a apuestas y pérdidas excesivas y, eventualmente, formar la base del problema del juego. Las expectativas distorsionadas juegan un papel integral en el impulso de la adicción al juego.
Evasión
El escapismo es una estrategia eficaz para afrontar circunstancias angustiosas o preocupantes. El escapismo a menudo se manifiesta a través de soñar despierto, leer, realizar actividad física, ver televisión o comprar, o actividades más destructivas como el consumo de alcohol, el abuso de drogas y el juego.
Comprender los riesgos potenciales del escapismo es vital, al igual que desarrollar mecanismos de afrontamiento más saludables. Un terapeuta puede ayudarlo a descubrir sus raíces y enseñarle cómo manejarlas de manera adecuada.
Los investigadores realizaron un estudio longitudinal en el que descubrieron que el escapismo predice el juego excesivo, los juegos y el uso de Internet a lo largo del tiempo. Además, esta variable tuvo efectos internos fuertes e independientes sobre estos comportamientos, lo que sugiere que aquellos más inclinados al escapismo participan con mayor frecuencia en dichos comportamientos en línea. Los resultados también demuestran cómo el escapismo está relacionado con la supresión emocional, que tiene consecuencias negativas para la salud a largo plazo, y conductas de evitación que conducen a la adicción y a patrones de comportamiento poco saludables en la vida real.
Regulación emocional
A medida que el juego se convierte en un problema cada vez más frecuente y surgen nuevas formas, como las apuestas deportivas y los videojuegos que ofrecen recompensas similares a las de los casinos, los psicólogos tienen una oportunidad increíble de hacer una contribución significativa y de impacto para resolverlo. La investigación psicológica podría aumentar la comprensión de la progresión de la conducta de juego desde el juego recreativo hasta el problema, así como desarrollar intervenciones efectivas de prevención y tratamiento.
El juego puede ser tentador y quienes buscan placer emocional a menudo recurren al juego en busca de la recompensa emocional que promete. La anticipación de la recompensa puede liberar dopamina en el cerebro, aumentando aún más su atractivo; La incertidumbre sobre su tamaño o probabilidad refuerza aún más el comportamiento de asunción de riesgos.
La vulnerabilidad a los problemas de juego depende de la edad y el género; Los hombres jóvenes en particular corren un mayor riesgo. Además, es probable que quienes padecen enfermedades mentales o adicciones participen en actividades de juego con mayor frecuencia. El trastorno del juego es una enfermedad mental reconocida que puede provocar graves daños personales, sociales, vocacionales y financieros a quienes lo padecen.