En los casinos, la música juega un papel esencial para crear una atmósfera ideal y mantener a los jugadores interesados por más tiempo.
La música de alto ritmo alienta a los jugadores a tomar decisiones más espontáneas sin pensar demasiado, lo que los lleva a realizar más apuestas y, en última instancia, a aumentar el gasto.
Los casinos deben asegurarse de que la música no fomente el juego excesivo ni la represente como un atajo a la riqueza.