La adicción al juego es una adicción a los procesos basados en el cerebro, que afecta el centro de recompensa del cerebro y genera repercusiones financieras, personales o laborales negativas. Afecta aproximadamente al 2-4% de la población. Las personas que viven con un trastorno del juego pueden encontrar alivio a través de sesiones de terapia con consejeros familiares o crediticios.
La adicción es un trastorno crónico
La adicción es una enfermedad neurológica crónica caracterizada por cambios químicos en el cerebro que impactan negativamente el estado de ánimo, el comportamiento y la vida social, a menudo hasta el punto de llevar a pensamientos o intentos de suicidio. La adicción tiende a afectar a quienes tienen ingresos más bajos, quienes tienen más que perder y menos opciones de ayuda disponibles.
Las personas que se vuelven adictas al juego también pueden sufrir otras afecciones de salud, como estrés, problemas de sueño y enfermedades cardiovasculares. Muchos también pueden tomar medicamentos recetados en exceso, lo que podría resultar peligroso si se usan en exceso.
La terapia psicológica puede resultar muy eficaz para superar la adicción al juego. La terapia cognitivo-conductual se especializa en cambiar conductas de juego poco saludables, como racionalizaciones y creencias falsas, mientras enseña a las personas a abordar los problemas subyacentes. Los tratamientos adicionales pueden incluir sesiones de terapia grupal y servicios de asesoramiento familiar, matrimonial o profesional, todos los cuales tienen como objetivo ayudar a alguien a superar la adicción al juego mientras mejoran la calidad de vida. Cualquier persona que experimente signos o síntomas relacionados con su adicción al juego debe buscar ayuda médica lo antes posible.
Afecta el centro de recompensa del cerebro.
Las personas adictas al juego suelen presentar niveles alterados de dopamina, lo que provoca cambios cerebrales a largo plazo que alteran la forma en que sus cuerpos responden al riesgo y la recompensa, además de dificultar el control de los impulsos. La adicción al juego afecta especialmente a la corteza prefrontal, que desempeña un papel esencial en el pensamiento y la toma de decisiones de orden superior, lo que puede provocar altos niveles de ansiedad, depresión y conductas impulsivas.
Los jugadores frecuentemente experimentan depresión, lo que puede exacerbar o iniciar su conducta problemática con el juego. Los signos de depresión incluyen letargo, cambios en el apetito e infelicidad; todos estos deben tomarse en serio al considerar la adicción al juego como posibles desencadenantes o factores desencadenantes; aquellos en riesgo deben buscar tratamiento para cualquier trastorno del estado de ánimo, así como sesiones de terapia para romper este hábito de adicción.
Existen métodos de prueba para determinar si alguien tiene un trastorno del juego. Aunque estas pruebas no pueden sustituir la evaluación en profundidad realizada por un profesional, aún pueden proporcionar información útil. La terapia cognitivo-conductual (TCC), una de las principales opciones de tratamiento disponibles para tratar a los jugadores compulsivos, también es muy eficaz para cambiar comportamientos y pensamientos dañinos asociados con el juego compulsivo e incluso puede abordar problemas financieros, familiares y laborales causados por las apuestas compulsivas.
Afecta las relaciones
Es probable que las personas con trastornos del juego causen daño a sus familiares a través de su comportamiento, tanto financiera como emocionalmente. Las familias pueden experimentar rupturas en la comunicación y la intimidad; Los niños pueden pasar hambre debido a que los padres gastaron el dinero que ganaron en juegos de azar. Además, las personas con problemas de juego tienden a ocultar las deudas existentes, lo que pone a sus parejas en una situación financiera insostenible, lo que genera tensión en las relaciones debido a la dificultad para pagar las facturas. Esto tensa aún más las relaciones.
Recordarnos que la adicción lleva tiempo es esencial. Si su cónyuge necesita ayuda para liberarse de su adicción al juego, considere tomar medidas como retirar su nombre de las tarjetas de crédito compartidas y establecer límites entre usted y ellos para evitar una mayor facilitación de su comportamiento. Si falla la comunicación entre usted y su pareja con respecto a su problema con el juego, busque asesoramiento profesional o grupos de apoyo; Estos pueden ayudar a controlar los sentimientos de ira o miedo de manera más eficaz.
Afecta las finanzas
La adicción al juego puede crear estragos financieros para todas las partes involucradas. Los adictos robarán dinero o tarjetas de crédito de familiares, amigos y compañeros de trabajo para financiar sus hábitos de juego; o mentir sobre ellos diciéndoles a otros que sólo están tratando de recuperar lo que han perdido.
Aunque puede resultar tentador ayudar a un ser querido que lucha contra la adicción, es fundamental que recuerde que es su problema y que su propia salud emocional debe ser lo primero. Estar sano le permite brindar asistencia más fácilmente.
Su siguiente paso puede ser hablar sobre sus hábitos de juego directamente, en privado y con todos los presentes y tranquilos. Considere asistir a sesiones de asesoramiento familiar; Estos pueden proporcionar un lugar seguro para discutir problemas, así como para aprender formas de afrontarlos y manejar los sentimientos de manera más efectiva.